Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
A principios de los años ochenta, el cuartel de la Guardia Civil en Inchaurrondo, en San Sebastián, es para Eloy, hijo del teniente Navarro, casi una prisión. Eloy tiene poco contacto con el exterior hasta que en una visita al médico conoce a otro chico, Ander. Ambos son apasionados del fútbol y junto a otros chavales organizan partidos dentro y fuera del cuartel, inspirados por la gran Real Sociedad de aquellos años y ajenos a las fronteras ideológicas y casi físicas que imponen los adultos. La amistad, el amor, los descubrimientos infantiles y la magia del fútbol son el nexo de unión entre dos mundos opuestos que amenazan con destruir la frágil felicidad de la infancia.