Augustus Carp es la autobiografía de un superintendente de la escuela dominical que se dedica a denunciar los pecados y debilidades de los demás ignorando, al mismo tiempo, los suyos. Aunque hace campaña en contra de la lujuria, del ocio, de beber y de fumar, se las arregla para indultarse a sí mismo y caer en una larga lista de vicios en nombre de la piedad. Su gula es justificada como un apetito saludable, delatar a los demás es un acto de devoción a la verdad, el chantaje es el mero castigo para los pecadores; mientras que tratar a su madre como una sirvienta esclavizada es simplemente rectitud patriarcal.