Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
En agosto de 2003 tomé una de las decisiones más importantes de mi vida: mudarme de Guadalajara a la Ciudad de México. Huía de una ruptura matrimonial. Pensé que el cambio de aires me daría distancia y perspectiva con mi situación, pero terminó otorgándome algo más vital: un entorno estimulante para la creación, para un tipo de narrativa que yo venía explorando, ligada a lo sobrenatural y lo policiaco, pero que en la Ciudad de México encontró un escenario ideal.