El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Si, por fatalidad, desidia o impotencia, ya no escribiese jamás otro libro de poesía, sería muy grato ponerle punto final a mis poemas con El último strike. De todos mis libros de poesía, éste es el más satisfactorio, el más entrañable, el menos literario, el más sincero, aunque sé de antemano que esto último suele ser muy poco importante para los lectores. Todos sabemos para quién queremos escribir, pero nadie sabe para quién escribe. Lo sabrá el tiempo o el olvido.