Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Aquí se reúnen un actor de cine, héroe de guerra destinado a substituir a Bogart, y que vivió bajo el odio a la pantalla y la culpa; un general soviético que cambió diez veces de nombre y estuvo en todas las revoluciones del siglo XX; un espía contra la Comuna de París que tenía 11 casas; Josef Stalin, rey del Photoshop; un general zarista que quiso ser Gengis Khan; un cuadro maravillosamente romántico y su autor; un tuerto mexicano que dirigió la más exitosa huelga de prostitutas de la historia mundial; el joven John Reed en México; el amor del autor por los leones veneciano