Es posible decir que La muerte de Ivan Ilich es el testamento de León Tolstoi. Una obra tan abundante, compleja y a menudo contradictoria como la suya, logró cristalizar un diamante en estas páginas. En este libro cabe toda la intensa piedad de Tolstoi, expresada en una lección de estilo que ha hecho decir a Vladimir Nabokov que La muerte de Ivan Ilich es el más grande de los grandes relatos cortos