Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La mayoría recuerda a Manuel Payno por sus novelas El fistol del diablo (1845-1846), El hombre de la situación (1861) y, sobre todo, Los bandidos de Río Frío (1889-1891), publicada esta última en Barcelona. En contraste, ignora que también fue autor de obras relacionadas con la economía, la historia, la agricultura, la geografía, las finanzas, la legislación, la demografía y la vida política en México. Su produccíón intelectual fue tan diversa como las actividades públicas y privadas que desempeño; la fuerza de las circunstancias exigió a los fundadores de la nación ser polifacéticos y enfrentar desafíos formidables. Desempeño simultánea o secesivamente labores de empresario, secretario de Estado, diplomático, legislador, estratega político y escritor.