Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Salvador Toscano, pionero de nuestro cine, se dio a la tarea de hacer acopio e integrar miles de pies de película sobre los últimos años del Porfiriato y la lucha armada que se inició en 1910. Dos décadas después había reunido un archivo considerable, único en su tipo. A partir de ese material, suyo y de otros cineastas, confeccionó al guión de un ambicioso proyecto fílmico, Los últimos años de México, sirviéndose de tarjetas en las que pegó una serie de fotogramas que articularon una narración detallada sobre campañas militares, sucesos y caudillos. Esta película nunca llegó a realizarse. Hace un par de años estas tarjetas fueron rescatadas en el archivo de la Fundación Toscano por un grupo de especialistas y estudiosos, que se dio a la tarea de revisar y documentar este valioso material: la primera revolución social filmada en el mundo. Al apoyar a estos investigadores, Conaculta fomenta el rescate, la preservación y la difusión de los acervos cinematográficos de México.Este libro es un homenaje a los hombres de la cámara que, un siglo después, nos comparten su oficio y su talento y enriquecen nuestra memoria histórica.