Serrucho fue alguna vez un gran payaso. Ahora, viejo y cansado, trabaja en el circo dirigido por el feroz señor Papagayo, pero ya no hace reír a nadie con sus números. Con la llegada de Berriche y su cuate Churrinche --un par de payasos desempleados--, Serrucho descubrirá, junto a su compañera Candelita, que nunca es demasiado tarde para renunciar a los sueños, las risas y los juegos. Al fin y al cabo no hay nada más triste que un payaso sin trabajo y la mejor manera para salir adelante es la solidaridad y la amistad.