Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Arnoldo, un perro de color café y muy melenudo, al que le encanta verse guapo y distinguido, vive en la casa de un pintor y se ha vuelto experto en arte. Le gusta contemplar cómo los pinceles van creando forma en el lienzo y se convierten en figuras y él se imagina historias. En la casa viven también dos gatos; Maca, una gata toda negra, y Arel, blanco con patas negras. Los tres se llevan muy bien y a pesar de ser de razas distintas se cuidan, juegan, se divierten juntos; a veces comparten hasta la comida, duermen juntos y parecen una rosca de pelos de diferentes colores. Cuando llegan visitas a la casa los gatos se esconden pero Arnoldo siempre sale a cerciorarse de las intenciones con las que llegan: el olor siempre lo dice todo, así que con su estupendo olfato puede descifrar desde el humor, las intenciones, pero sobre todo si son buenas o malas personas, su gran olfato es su mejor cualidad. El valor de Arnoldo tiene asma consiste en que es una historia aleccionadora, pues inculca en los primeros lectores valores, como la amistad, que influirán en la formación de su carácter, y los hará más receptivos sobre prejuicios como la imposibilidad que algunos seres tienen para convivir.