Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Canto del guerrero, de José Francisco Conde Ortega es una larga silva cuidadosamente construida. Sus novecientos versos están simétricamente distribuidos en tres cantos; cada triada se conforma por tres liras. Así cada uno de los cantos tiene su propia disposición estrófica de los endecasílabos y los heptasílabos. Des este modo, el ritmo del conjunto se sostiene sin monotonía. Es la apuesta del poeta para contar una historia. Y para señalar los rigores del tiempo y las vicisitudes de una geografía entrañables.