Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Primera de las célebres «Crónicas» de Jean Giono, estamos ante una obra de una tensión, una belleza y una libertad inusuales, escrita por uno de los autores más prestigiosos y brillantes de la literatura francesa más reciente.
En el invierno de 1843, la región de Trièves, en la Provenza, permanece sepultada bajo la nieve. En un pequeño pueblo de la comarca empiezan a producirse una serie de misteriosos sucesos: una muchacha desaparece; un joven es atacado; un cerdo mutilado. La primavera llega cargada de cadáveres. Los lugareños, atemorizados, deciden recurrir a los gendarmes, y estos llegan al pueblo capitaneados por un enigmático individuo, Langlois, que pronto se revelará capaz de llevar a cabo los actos más monstruosos y crueles, y también los más compasivos. «Un rey sin diversión» es un relato hipnótico, oscuro, sensual, provocativo, que constituye un canto a la naturaleza en su dimensión más salvaje, que es también la más hermosa.