El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Aun cuando sean millones o miles de millones quienes asi lo acepten, hay que ver la invencible puntería que acostumbran tener la multitudes para meter la pata, por no hablar del descaro