Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
De una voz que procura sencillez, asociaciones lucidas y densidad inesperada, Hernán Lavín Cerda presenta esta antología poética cuya materia lírica dialoga con la vacilación, la levedad y la ironía de la vida misma. De un tono más bien franco y desenvuelto se revela una voz que se divierte escribiendo, pero que a su vez mantiene la tensión consigo mismo, hasta lograr descifrarse. El uso de paralelismos, neologismos y referencias literarias, musicales, cinéfilas y filosóficas articulan la experiencia del descubrimiento y la imaginación feliz.