Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Nagai Kaf? es emblema de las contradicciones y los conflictos de una época de cambio. Detestó los procesos de modernización y occidentalización que vinieron con la Restauración Meiji. Exaltó las formas artísticas de Edo y la vida del mundo flotante, con sus teatros, su música y sus geishas. También admiró Francia. En las obra incluidas en esta antología conviven Ihara Saikaku y las canciones de las obras kabuki, acompañadas del shamsein, con clásicos chinos y la literatura de Verlaine, Baudelaire y Régnier. Sumamos también una obra posterior en la que aborda otra de las aberraciones que Kaf? adjudica a la modernización: la guerra, ese monstruo grande que pisa fuerte.