Ensayos de homenaje en el primer centenario del nacimiento del filósofo español, que abordan diversos aspectos de la obra de Ortega. Los cuatro trabajos dibujan con rigor algunos de los horizontes centrales del quehacer filosófico hispánico en el mundo actual.
El libro de la decadencia desarrolla cosmogonías fabulosas y mitológicas chinas, épocas de dioses, semidioses, princesas y dragones. En sus páginas el emperador Huang-Ti otra vez construye un observatorio, inventa la flauta, fabrica los primeros ladrillos y nos enseña a hacer casas. Su Emperatriz Lei-Tsu inventa de nuevo la cría del gusano de seda con figuras de pájaros y flores. Todo esto no se lee: se mira y se escucha.El autor se deja sensibilizar por sabidurías lejanas y las expresa con estos poemas. Se siente heredero de civilizaciones aparentemente extinguidas que renacen cada vez que las despertamos: la decadencia aquí nos es debilitante ni erosiva, es un reposo para resurgir. En la forma de caer esta el misterio de levantarse, como el sol decae en el ocaso y reposa en la sombra para amanecer.