Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La comunicación electrónica atraviesa la vida cotidiana y las estructuras económicas, políticas y culturales. La masificación de los aparatos desde los cuales se puede transferir información y riqueza genera todo tipo de expresiones y resultados, como se observa en Google, Twitter o Facebook. Las redes sociodigitales, como son llamadas en este libro para diferenciarlas de las redes sociales tradicionales, conforman un enjambre singular en la comunicación digital, y aunque es un hecho indiscutible que en México cada vez hay más usuarios de internet, la conectividad sigue siendo inaccesible para millones de personas que viven en la marginación: el espectro digital es una expresión más de desigualdad social.