Blaise Pascal (1623-1662) hombre de su tiempo, concilió el estilo del pensamiento directo con el arte de una retorica persuasiva, que empleaba a un tiempo la paradoja, el asombro y la sorpresa. Esta caracterÃstica estarÃa presente por igual en los dos objetos de su estudio: las ciencias fÃsicas y la antropológica cristiana.
Predomina en El reposo del fuego un agudo sentimiento de fugacidad de todo lo existente; lo más precioso que tenemos es nuestra fugacidad. Pacheco (1939) descubre que no somos eternos como nos habían enseñado, sino seres fugaces. Se trata de un gran poema unitario, dividido en tres partes o cantos, en el que José Emilio Pacheco (1939) se revela en plena madurez de sentimiento y de expresión.