Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En Cartas para Julia, pequeña obra maestra de la novela corta, Luis Arturo Ramos, “armado con una prosa de fuerza y pulcritud pocas veces vista en la literatura mexicana”, nos entrega una inquietante historia en la que, fiel a su poética narrativa, el escritor no responde a ningún cuestionamiento, y sí “abre paso a las preguntas. Y las preguntas del texto, como todas las puertas, es una invitación a accionar el picaporte”. De Cartas para Julia, podríamos decir, citando a Christopher Domínguez Michael, que es un libro que “narra una historia tan ordinaria y única como todas aquellas regidas por las insondables del mundo del deseo”.