Tras la muerte de Tezozómoc, la rivalidad entre los señoríos del Valle del Anáhuac aumenta, y nadie escapa a la violencia, la traición y la lucha abierta y encubierta por el poder. En Azcapotzalco, Maxtla gobierna con crueldad absoluta. En Tenochtitlan, a la vez que se unge a Izcóatl como tlatoani después del secuestro y asesinato de Chimalpopoca, el astuto Tlacaélel aguarda tras bambalinas para consolidar su influencia.