Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Mientras narra su propia expedición a la Antártida, Daniele Del Giudice recrea las asombrosas expediciones del siglo XIX y principios del XX que se adentraron por primera vez en el continente blanco para desentrañar sus secretos. Desconocidas para la mayoría de los lectores, estas expediciones incluyen naufragios, barcos atrapados durante meses entre el hielo, tripulaciones indómitas y marineros al borde de la desesperación o la locura son los relatos de aventuras que establecieron los mitos de esa tierra desconocida que es la Antártida. Con un estilo que navega entre la experiencia personal y la literatura, el autor nos ofrece un horizonte móvil en el espacio y en el tiempo, pero que despierta sentimientos estables y duraderos, un viaje fuera del tiempo en un paisaje hipnótico y de belleza sublime, pero implacable e indiferente al hombre.