Sólo hay un modo seguro de huir del insomnio: no nacer", nos recuerda Darian Leader citando a Gay Luce y Julius Segal. Y habida cuenta de lo que leemos en este ameno ensayo del psicoanalista inglés -y de la evidente falta de sueño que tantos padecemos en nuestras propias carnes, constatando las tesis de estas páginas- parece que una acción en principio tan "natural" y "sencilla" como dormir nunca lo fue, y se revela como poco menos que una utopía en las hiperestresadas sociedades del capitalismo tardío.