Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En India encontramos ashrams, lugares muy bien acondicionados para hospedar desde pequeños grupos hasta multitudes que visitan a sus gurúes o maestros espirituales que viven allí. Como en los antiguos monasterios medievales occidentales, en el ashram se ofrece asistencia a los monjes que viajan de un lugar a otro, vivienda para los que hacen votos de pobreza, castidad y retiro, y atención y alimentos a enfermos y pobres. También se enseña y se practica meditación y se imparte educación cultural y religiosa, e incluso médica, a discípulos que comparten el mismo techo con sus maestros. Los monjes hinduistas o sanyasis que han hecho votos de pobreza viven allí retirados de la vida mundana, y si viajan dentro de India lo hacen de ashram en ashram, donde encuentran centros de retiro espiritual en los que se practica la hermandad entre los seres humanos y animales.