Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La famosa dualidad, resuelta con toda claridad por Nietzsche, entre el hombre y el escritor, es el tema abordado por Henry James en esta novela corta, poco conocida en español.Neil Paraday es un escritor inglés de salud muy deteriorada, que ante un tardío estatuto de celebridad, es engullido por la aspiración y el deseo de la alta sociedad de codearse con una personalidad intelectual, convirtiéndolo en un objeto de culto y de estatus social, sin siquiera molestarse en conocer su obra. Como fiel aliado cuenta con un joven periodista, tan ávido de protegerlo como incapaz de oponerse al torrente que todo lo avasalla. Entre estas dos fuerzas se sitúa Paraday, el escritor-hombre quien experimenta el vacío y la ineluctabilidad del destino, y cuya conciencia de la fatalidad que le acaece no atenúa en lo más mínimo sus devastadores efectos.