Ensayos de homenaje en el primer centenario del nacimiento del filósofo español, que abordan diversos aspectos de la obra de Ortega. Los cuatro trabajos dibujan con rigor algunos de los horizontes centrales del quehacer filosófico hispánico en el mundo actual.
Este libro proviene de muchas exploraciones que tenía cuando empecé a escribir y que, luego me di cuenta, querían mostrar una versión de la mediocridad en la que siempre nos instalamos por confort o por cansancio. El hombre que juega a los boletos de Oro Raspadito era yo, que al salir de la oficina intentaba ganar algo para salir del trabajo tan pesado que tenía en esa época; el personaje que juega al solitario en el cuento de Bandidos era yo, que había conocido por esa época a una chica y le contaba de los libros que leía. Cada uno de estos cuentos tiene algo muy mío, no tanto en las acciones hechas por los personajes o en que lo narrado me haya sucedido por entero, pero sí una visión de la tristeza y el fracaso son muy reconciliables cuando pasan por el tamiz de lo literario.