Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
A Cortaphilus, el inmortal, lo guía una pregunta: ¿qué es lo fijo y qué lo volátil en su incesante existencia? Una enorme catedral de cartón desata la trama de esta novela breve, en la que Fernado de León lleva al lector a dar un recorrido por las catacumbas de la historia de la humanidad desde el año 33 de nuestra Era, hasta nuestros tiempos. Su personaje, un inmortal que narra sus peripecias deseando encontrar las aguas del olvido que hagan menos dolorosa su larga vida, o una mujer que comparta con él algunos de los interminables tramos de su camino, conoce a personajes míticos como Cornelio Agrippa, Paracelso, León de Juda y su golem. La respuesta a la pregunta sobre la votalidad y la fijeza surgirá en el lugar más inesperado del mundo. Cuando se habla de novela, la sabiduría brota cuando nadie la espera.