Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
El amor es un naufragio en el tiempo. ¿Dónde vive el alma humana? ¿A cuántas vidas tiene que dañar un pecado? Los ojos de una joven miran hacia el mar agitado. Algo en el horizonte está a punto de cambiar su destino. En 1609, un barco proveniente de la Nueva España naufraga en las costas de Japón. La bella Tonbo y Álvaro de las Casas chocan sus pupilas y el mundo tiembla. Erika viaja a Japón junto a su esposo y su hija. En plena década de 1980, se descubre ignorante de todo: del alfabeto, de las costumbres, de la comida. Pero una fuerza misteriosa la hace sentir que ha vuelto a casa. Una libélula, un amor y dos vidas mezcladas hacen del tiempo una isla para descansar.