La pintura contemporánea oaxaqueña cuyos antecedentes se remontan a través del trabajo de sus principales artistas hasta las creaciones del México antiguo, constituye uno de los panoramas artísticos más sorprendentes en las artes visuales latinoamericanas de las últimas décadas. A la par que han sabido mantener vivos sus nexos con el arte popular mexicano, así como en el arte colonial y prehispánico, los pintores oaxaqueños no han pasado de largo la fértil experiencia de los artistas modernos y contemporáneos de todo el mundo.Porque, como sucede con todos los grandes creadores, los pintores oaxaqueños han sabido echar mano de lo que necesitan allí donde la encuentran: bien sea en el pasado o en el presente y si reconocemos que los verdaderos artistas muchas veces se adelantan a su tiempo hasta el futuro.Hay en la pintura de Nieto una especie de "jazz cromático": una improvisación a ratos sutiles ya a ratos brutal, de pronto deshilvanada y casi siempre obsesiva, de un virtuoso de los pinceles y el color en constante rebeldía contra las convenciones establecidas en su gremio y en la vida social.