Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Limo y luz es fruto de cuatro años de vida en la Ciudad de México, la ciudad de las ciudades, la ciudad-demostración empírica de la teoría del caos, la ciudad de los múltiples pasados, que rebate los presentes y anuncia los futuros. Es, también, una afirmación excesiva como excesiva es la propia ciudad, una celebración por el descubrimiento de una cultura exuberante, de gigantes de las letras, de la música, de la pintura, del cine. Agrupados en cinco secciones, los capítulos de este libro se leen como una guía culta de una ciudad por descubrir, sorprendentemente cercana, sorprendentemente abierta a las influencias extranjeras, en la que Luis María Marina, diplomático, poeta y ensayista español, reconstruye la memoria de una vida, de muchas vidas transcurridas en esta ciudad y, ¿por qué no?, hace una reflexión acerca de la condición del viajero, del extranjero, del que ha hecho de vivir con los otros su modo de vida.