Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Las tres obras que aquí presentamos giran en torno a un tema común: la búsqueda del sentido de la vida. "Un propósito claro", de Ileana Villarreal, muestra a un grupo de marineros que, des de el microcosmos de su barco y sus tareas cotidianas, se cuestionan el rumbo de su na ve y el destino de sus vidas, inmersos en la ilusión de movimiento de una nave varada en la nada. "Nota sin título", de Carlos Portillo, y "Tres para el almuerzo", de Gabriela Ochoa Lozano, cuentan dos historias que, aunque diferentes, poseen la misma preocupación temática: la primera aborda la ob sesión de dos personajes que tratan de resolver un crimen, como si encontrar esa respuesta le diera también explicación a sus propias existencias; la segunda, indaga en los rincones polvorientos de una cocina en desuso los secretos de una mujer que debe enfrentar lo que esconde para entender todo lo que ha perdido.