Ensayos de homenaje en el primer centenario del nacimiento del filósofo español, que abordan diversos aspectos de la obra de Ortega. Los cuatro trabajos dibujan con rigor algunos de los horizontes centrales del quehacer filosófico hispánico en el mundo actual.
Gustav Fechner (1801-1887), pionero de una psicofísica que buscaba establecer una correlación entre los estímulos físicos, las sensaciones y el alma, presenta en La cuestión del alma, menos una definición del alma que consideraciones sobre sus múltiples manifestaciones y la creencia que ellas inspiran. Estas manifestaciones del alma, fundamentalmente tomadas desde la sensibilidad, no son ningún privilegio de los humanos. Retomando argumentos de varios de sus libros anteriores (Nanna y Zend-Avesta principalmente), vuelve a mostrar aquí cómo las plantas sienten sin nervios, y cómo, en tanto brotan, se orientan, eligen, tienen sexualidad, se diferencian y se relacionan, tienen alma. La vida de una planta es más cercana a la de un animal despierto que la de un animal durmiente o de un embrión. Así se desenvuelven los argumentos, por analogías y diferencias. ¡Simples analogías! dirán sus adversarios; sí, meras analogías, asentirá Fechner, pero analogías cuidadosamente llevadas. Analogías ligadas a puntos de vista singulares, a cierta mirada transversal, hasta a visiones Fechner habla de cuerpos y de almas pero redistribuyéndolos hasta límites extremos en un extraño mundo de umbrales.